ArmonÃas de Werckmeister. El ángel Béla Tarr
Ayer por fin me decidà a empezar con la filmografÃa de Béla Tarr, y no sé si hice bien o mal eligiendo para ello ArmonÃas de Werckmeister, posiblemente su obra magna. En cualquier caso, antes o después estaba destinado a disfrutar de esta obra maestra.
Para empezar, hay que dejar claro que no es una pelÃcula que pueda gustarle a cualquiera, si te aborrecen las pelÃculas con planos secuencia interminables y una carga poético-visual elevada, hoy por hoy deberÃas dejarla pasar.
El argumento de la pelÃcula es bastante simple, a una ciudad/pueblo llega un espectáculo ambulante en el cual se exhibe a la ballena más grande del mundo, y un "personaje" desconocido, al que llaman "el PrÃncipe". La pelÃcula se desarrolla a través de los ojos de Janos Valuska (magistralmente interpretado por Lars Rudolph), un joven que da la impresión de ser bastante ignorante y muy buena persona (hace recados a gran parte del pueblo). La llegada del espectáculo supone un motivo de nerviosismo e incertidumbre a todo el pueblo, excepto para Janos, que sólo piensa en ver a la gigante ballena.
La pelÃcula arranca con un prólogo brillante, en un bar a punto de cerrar, lleno de borrachos que le piden a Janos que haga una demostración, la cual consiste en representar a través de personas fÃsicas un eclipse solar. A partir de aquà seremos partÃcipes de la historia, sabremos lo mismo que el protagonista, aunque en las conversaciones con sus familiares y otros miembros del pueblo se pueda entrever el creciente estado de nerviosismo. El metraje cuenta con gran cantidad de planos secuencia siguiendo a Janos (por delante, por detrás, laterales, aéreos, etc), asà como algún que otro plano fijo en el interior de las viviendas. La belleza visual es magnÃfica; al igual que en muchas pelÃculas tenemos la sensación de que aun siendo filmadas décadas atrás podrÃan pasar por pelÃculas de hoy, aquà apreciamos todo lo contrario, cómo una pelÃcula del 2000 bien podrÃa haber sido filmada en la década de los 50.
Hay numerosas escenas memorables, desde la del prólogo hasta otras como el primer encuentro de Janos con la ballena.
Béla Tarr es un maestro en la dirección, hace un uso fantástico de la música, reservándola únicamente para ciertas escenas que lo requieren (bellÃsima melodÃa a cargo de Mihály Vig).
Cabe destacar la escena en la que el músico Erzst suelta un monólogo sobre el error que cometió Werckmeister al crear las armonÃas que dan nombre a le pelÃcula, diciendo que "todo está equivocado", y que es necesario volver a los inicios.
Como punto de inflexión de la pelÃcula asistimos a una escena con un abundante contenido metafórico, en la que aparecen tres personas, que bien podrÃan representar el eclipse del prólogo. A partir de ahà se desata el conflicto, y el miedo de los habitantes de la HungrÃa que nos enseña Béla Tarr, coge forma.
Y lo que hace que esta pelÃcula sea tan maravillosa, es la delicadeza y maestrÃa con la que se aborda un tema histórico-polÃtico, en lo que para mÃ, bien podrÃa ser uno de los orÃgenes del totalitarismo.
Hablar más de la pelÃcula implicarÃa desvelar cosas de la trama, por lo que sólo puedo recomendar que la veáis y disfrutéis de ella tanto como he disfrutado yo.