Misericordia (Los casos del Departamento Q) - Poquedad

jueves, junio 04, 2015 0 Comments A+ a-

Con dos años de retraso, llega a nuestras salas el primer capítulo de la saga policíaca “Los casos del Departamento Q”, que se basa en las novelas del danés Jussi-Adler Olsen. La cinta que nos ocupa se titula Misericordia, adaptación de “La mujer que arañaba las paredes”, y en poco más de un mes llegará a nuestras salas la segunda película de la saga, Profanación. En el panorama cinematográfico estamos acusando una notable falta de ideas y de repetición; en cuanto algo funciona o se vende no paran de surgir propuestas similares. No obstante, es un hecho que el policíaco nórdico nos ha dejado innumerables trabajos de calidad, tanto en televisión como en la gran pantalla. El problema es que de todo lo que obtiene buenos resultados (taquilla, ventas, televisión, etc), acaban apareciendo secuelas, remakes, adaptaciones de cualquier novela mínimamente decente… Y esto desemboca en saturación para el espectador, pérdida de originalidad en los productos, y en una inevitable caída cualitativa de éstos.


El inspector Carl Mørck (Nikolaj Lie Kaas) cometió un error en una misión que le costó la vida a un compañero, y la completa invalidez a su mejor amigo, también agente de la ley. Cuando quiere volver al trabajo, sus superiores le relegan a una unidad llamada Departamento Q, en la que deberá revisar y archivar casos cerrados en los últimos 20 años. Carl es un hombre conflictivo, de los que actúan siempre por instinto y sin pensar en las consecuencias. Además de esto sufre una crisis personal, fruto del abandono de una mujer que le ignora. Para llevar a cabo la tarea tendrá un compañero de origen sirio, Assad (Fares Fares), de personalidad totalmente opuesta a la suya, siempre con una sonrisa en la cara. Carl decidirá reabrir un caso sobre el que tiene una corazonada, pese a las trabas que le pondrán los jefes.

A través de un montaje paralelo, seguiremos la investigación de los policías mientras vemos lo que sucedió (o sucede) en el caso que investigan. Si bien Mikkel Nørgaard consigue crear una cuidada y lograda atmósfera, con un uso de la iluminación y del sonido excelente, así como la historia en ningún momento se hace pesada, existe una torpeza evidente durante todo el metraje, la cual se acentúa con el uso reiterado de los flashbacks. Misericordia es entretenida, como todo policíaco nórdico, pero desprende una inocencia constante, una imposibilidad de ir más allá que acaba lastrando su resultado. El guion es de esos tan previsibles como poco originales, en todo momento puedes hacerte una idea de lo que sucederá. Los que vayáis a verla, si no leéis la sinopsis os haréis un favor, porque cuenta media película.


No dudo que haya llegado un punto en el que, debido a la creación de tantos productos similares, uno sea más crítico a la hora de escribir sobre aquéllos que van llegando a nuestras salas. Pero es que el desarrollo de la trama es demasiado tópico: la investigación avanza constantemente fruto de la casualidad (sabes en todo momento si el caso se va a resolver o no), los policías desobedecen, como tantas veces, las órdenes de sus superiores… Es muy difícil conectar al completo con un relato al que se le ven las costuras. Nørgaard busca emocionar al espectador con algunas poderosas -y violentas- escenas, pero más allá del sugerente uso del sonido, poco puedo rescatar.

Parece que un género que hasta hace poco se encontraba en alza, el thriller policíaco, empieza irremediablemente a caer en picado. De cualquier modo, estoy convencido de que seguirán surgiendo trabajos que merezcan la pena, incluso dentro de esta misma serie, Los casos del Departamento Q. Misericordia no es una mala película, pero rara vez consigue ir más allá de lo ordinario. El danés se lo juega todo a una con la posibilidad de sorprender, y, por desgracia, todos los acontecimientos se ven a la legua.