Ghadi - La calumnia

lunes, agosto 31, 2015 0 Comments A+ a-

Los primeros veinte minutos de Ghadi están dedicados exclusivamente a contarnos la vida de Leba (Georges Khabbaz), un profesor de música muy querido por sus vecinos, desde su infancia hasta su casamiento con Lara (Lara Rain) y el posterior nacimiento de sus tres hijos. El hijo menor y único varón, Ghadi, nace con Síndrome de Down y se pasa la mayor parte del tiempo pegando berridos agarrado a los barrotes de la ventana de su casa. Ante las crecientes quejas de unos vecinos dispuestos a hacer cualquier cosa para que Ghadi sea expulsado del pueblo, Leba diseña un plan junto a algunos inadaptados del pueblo, el cual consiste en hacer creer a los vecinos que Ghadi es un ángel.

La película comienza de manera poderosa gracias a una presentación de personajes acompañada de voz en off, travellings y una composición de planos que recuerda al gran Wes Anderson. Después de un comienzo tan esperanzador, la cinta libanesa parece atascarse hasta que, por fin, la sátira social toma fuerza y comienza a funcionar. Porque, a pesar de ser políticamente correcta en todo momento, Ghadi no deja de ser una sátira acerca de los habitantes de un pueblo cualquiera y sus costumbres, con una certera aunque tímida crítica a la facilidad que existe en un grupo o fanatismo de cualquier índole para captar fieles seguidores -sobra destacar el religioso por encima de todos-.


La ópera prima de Amin Dora también parece guardar en su interior un desconcertante mensaje provida. Pese a no parecer ni mucho menos necesario, el director libanés se posiciona indudablemente en una escena desprovista de toda sutileza, en la que Bela pide consejo a su antiguo profesor de música. Existen dos mensajes divergentes que circulan de manera simultánea y, por momentos, hacen peligrar la coherencia de la cinta. No digo esto en forma de crítica a la película o a su guión, pero es inevitable pensar que es un hecho un tanto sorprendente.

Los mejores minutos de Ghadi tienen lugar en el preciso instante que todos los ciudadanos se convierten en devotos del pequeño ángel. Puede que todo resulte desmesurado y excesivamente caricaturesco, pero no es sino eso mismo lo que permite que tengan lugar las situaciones más divertidas de todo el metraje. Cuanto más desinhibida es, mejor funciona la película, elevando tanto su vis cómica como la dramática. Desgraciadamente, sólo podemos decir eso para referirnos a un tramo concreto de esta divertida, bonita e irregular película.


Sobre todo en su segunda mitad, Ghadi contiene momentos divertidos a la par que emotivos, capaces de hacernos olvidar un tramo central nada liviano. Sin embargo, y a pesar de desarrollar una idea más que interesante, en todo momento se echa en falta algo más de garra y mala leche. El conformismo de la mayoría de situaciones y de la película en general, separa irremediablemente a Ghadi de ser algo más que interesante. Y el resultado no está nada mal, pero simplemente con un poco más de ambición podría haber resultado mucho menos complaciente y su mensaje hubiera tenido mayor calado.