El recuerdo de Marnie - Marnie siempre estuvo allí
Crítica escrita por Daniel Medina
Tras El viento se levanta, la obra de despedida de Miyazaki y El cuento de la princesa Kaguya, probablemente también la despedida de Takahata, llega El recuerdo de Marnie, de Hiromasha Yonebayashi (su anterior trabajo es la discreta Arrietty y el mundo de los diminutos), en una época en la que Studio Ghibli se enfrenta a una profunda reestructuración. A pesar de todo esto, El recuerdo de Marnie es una película que reafirma de manera incuestionable que Studio Ghibli aún atesora una calidad incuestionable con gente de enorme talento con la capacidad de seguir maravillándonos.
La película nos cuenta la historia de Anna, una niña de 12 años tímida e introvertida a la que le cuesta mucho relacionarse y que apenas tiene amigos en Sapporo, la ciudad en la que vive. Anna es martirizada por un pasado nada claro en el que quedó huérfana. También sufre problemas respiratorios por lo que su madre adoptiva y tutora decide que lo mejor para ella es un cambio de aires y manda a Anna a vivir una temporada con unos parientes en un pequeño pueblo cerca de la costa. Allí Anna tratará de curar su enfermedad y poder relacionarse más, pero tiene la sensación de que una vez más ha vuelto a ser abandonada. El argumento de por sí contiene mucho de Ghibli así como la introducción de elementos fantásticos y mensajes en clave de amor por la naturaleza.
La película sufre en su tramo medio problemas de ritmo debido en parte a la personalidad repetitiva que comenzamos a apreciar en la protagonista y el hastío que puede producir Marnie, una misteriosa niña que solo es capaz de ver Anna y que inmediatamente se convierten en amigas. A pesar de esto, a lo largo de esta historia meticulosamente construida, Anna empieza a salir de su caparazón, aprende de su convivencia con Marnie y descubre importantes revelaciones de su propio pasado. La película puede sentirse como una lectura de verano: lánguida pero no urgente, te arrastra a su mundo inexorablemente, como la marea del pueblo en el que transcurre la historia, tal como lo hacen las buenas películas y los buenos libros.
El final está contado de forma magistral y es probablemente lo mejor de la película, aunque es igual de cierto que peca también de una sobreexplicación argumental innecesaria, como si necesitáramos de ella para enterarnos de un argumento para nada complejo y fácil de entender. El recuerdo de Marnie es una película que trata sobre la amistad, la memoria y el autodescubrimiento. Es una película para niños que los adultos disfrutarán.