Brasserie Romantic. Cúmulo de tópicos en Bélgica.

martes, febrero 10, 2015 0 Comments A+ a-

Se avecina una noche ajetreada en la Brasserie, un elegante restaurante dirigido por Angelo y Pascaline. Es la noche de San Valentín y todas las mesas están reservadas -algo nada difícil, teniendo en cuenta la capacidad del restaurante-. Lo normal en este caso sería imaginar que irán muchas parejas de enamorados, pero nada más lejos de la realidad, pues las parejas que acuden parecen cualquier cosa excepto enamorados. Además de parejas nos encontraremos con un individuo que liga por internet, el cual se autodefine como el tío más aburrido de Europa; una chica a la que su esposo dejó por su mejor amiga; y el antiguo amor de Pascaline, que tras 20 años sin saber de él, aparece para pedirle a ésta que se vaya con él a Buenos Aires.


La película se divide en diferentes partes, que coinciden con los platos del menú especial de San Valentín. Tras el planteamiento, queda bastante claro que nos vamos a encontrar ante un refrito de tópicos; por lo que desde un principio, se crea la incertidumbre de si la película será capaz de sobreponerse a éstos, o por contra, convertirse en otra olvidable comedia. Por desgracia, acaba acercándose más a lo segundo.

A pesar de presentarse como una comedia fina, a modo de paralelismo con el restaurante en el que se desarrolla, su primera mitad recurre a un humor tosco, vulgar y chabacano. El uso reiterado de gags es bastante pesado, siendo realmente complicado soltar una mínima sonrisa; el uso de éstos es abusivo, pero llega un momento en el que, por pura estadística, la gracia tenía que llegar en mayor o menor medida. La parte negativa es que, cuando por fin logras echar un par de carcajadas, Joël Vanhoebrouck decide dar paso al drama, originando un híbrido entre drama y comedia nada provechoso. Aunque tengo que destacar que la laboral actoral mejora en este último tramo más dramático, dándome la impresión de que los actores en su mayoría se defienden mejor en el drama que en la comedia.


Brasserie Romantic no permanecerá mucho tiempo en mi memoria; no aporta nada nuevo ni en su forma ni en su contenido, y ni siquiera logra su cometido principal: hacer reír. Aunque no debemos olvidar de que vivimos en un país en el que la película nacional más taquillera de la historia es Ocho apellidos vascos, así que no dudo que Brasserie Romantic pueda tener su público, un público que la valore y disfrute más que yo.