Timbuktu. Cuando lo necesario pasa a ser prescindible

lunes, febrero 02, 2015 0 Comments A+ a-

Es un tema de actualidad el de la opresión yihadista en muchos países del continente africano. Pese a escucharlo a diario en los medios de (des)información, tanto televisivos como escritos, no se hace el suficiente eco de la verdadera trascendencia y peligrosidad de este asunto. Hace algo más de dos años, en la ciudad maliense de Tombuctú -la cual da nombre a la película-, una pareja de jóvenes fue lapidada a manos de los islamistas. Vivían juntos sin haber contraído matrimonio, acción que, según los yihadistas, merece la muerte. Abderrahmane Sissako trata de trasladar a la pantalla éste y otros hechos acaecidos en Tombuctú, alrededor de 2012.

El tema del yihadismo es muy delicado, pero a la vez permite llevar a la gran pantalla un material tan interesante como necesario. El director mauritano plantea la película a través de múltiples historias simultáneas, logrando un desconcierto inicial que se acentúa conforme pasa el metraje, pues hay subtramas que quedan totalmente abandonadas. La trama principal es la historia de Kidane, un ganadero que vive junto a su mujer y su hija. Por mucho que ésta sea la trama principal, tras visionar el film te quedas con la sensación de que no llega a tener la profundidad necesaria como para ser la trama más importante, error del que también pecan el resto de subtramas.


Timbuktu carece de alma, elemento imprescindible en el cine en general, y en este tema tan espinoso en particular. Sissako se atreve a mostrar escenas de una dureza considerable, las cuales carecen de emoción, por lo que no acaban destacando en absoluto. Las buenas intenciones se ocultan tras un plano formal muy frío -que se sitúa siempre por encima del contenido-, el cual destaca únicamente en momentos puntuales. Más allá de un fantástico partido de fútbol sin balón y una secuencia en el río, no puedo rescatar nada de la cinta. Un guión que se abstiene de profundizar en la psicología de algunos personajes "importantes", y que añade ciertos toques de humor negro nada efectivos, se encarga de enturbiar más aún esta desalmada película. Ni la labor actoral ni la banda sonora mejoran el conjunto, pues el uso de la música es acertado en contadas ocasiones.

La nominada al Óscar acaba siendo tan necesaria como prescindible. Es necesaria como medio de difusión de la situación en ciertas partes del mundo, y como retrato del peligro que conlleva el someterse a los fanatismos religiosos, cuyos integrantes desconocen el porqué de sus acciones. Es prescindible como material cinematográfico, la muerte de una vaca no puede hacer florecer mayores sentimientos que una lapidación o que una paliza a latigazos.


Timbuktu es, con diferencia -y a falta de ver Tangerines-, la peor de las nominadas al Óscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa. Es una pena que la escasa información acerca de este tema nos llegue a través de un material de tan dudosa calidad, material que no logra ni siquiera servir como fiel retrato de las injusticias y crímenes en los lugares azotados por el yihadismo. El choque de culturas al que asistimos en el visionado de esta película es, en cierto modo, similar a mi "conflicto" con la misma. Timbuktu ha recibido un enorme reconocimiento internacional a lo largo del año, desde Cannes hasta las recientes nominaciones a los premios César, un reconocimiento que me descoloca sobremanera.