Kingsman. El trabajo bien hecho
Vivimos un momento en el que las pelÃculas de superhéroes, blockbusters y adaptaciones de cómics -y literarias en general- inundan nuestras salas. Para mÃ, como amante del cine, ésto no me supone ninguna alegrÃa, pues lo que más valoro es la variedad y la creatividad, aunque la reiteración de pelÃculas de la temática ya mencionada, no quita que haya otro sector de cineastas que sà llevan a cabo ideas creativas y de las que rezume personalidad. A este desencanto por la repetitividad, hay que sumarle que no es el tipo de cine que más me gusta. Pero cuando algo se hace bien soy el primero en reconocerlo; y el cine de Matthew Vaughn en general, y Kingsman en particular, suponen el mejor ejemplo de trabajo bien hecho.
La adaptación del cómic de Mark Millar y Dave Gibbons nos presenta la historia de un veterano agente secreto inglés (Colin Firth), perteneciente a la organización que da nombre a la pelÃcula. Tras morir en una misión un miembro de la organización, cada agente deberá elegir un miembro que se someta a unas pruebas realmente complejas y peligrosas. Harry (Colin Firth) elegirá como candidato a Eggsy (Taron Egerton), un joven al que cree deber algo, pues se siente culpable de la muerte de su padre -superando la prueba final para ser miembro de la agencia- en una misión años atrás.
El primer tercio del metraje no me terminaba de convencer, acercándose más a una pelÃcula juvenil que a otra cosa, en el tono de Kick-Ass; pero es a partir del inicio de las pruebas donde la pelÃcula adquiere un tono más serio, sin desprenderse del humor en ningún momento, terminando por engancharme e incluso fascinarme. El director de la mejor pelÃcula de la saga X-Men, demuestra una vez más su mano tras las cámaras, dejándonos unas secuencias de acción tan espectaculares como inverosÃmiles -en el buen sentido-. Kingsman supone un disfrute impagable, un entretenimiento de lo más creativo y atrayente. La nueva pelÃcula de Vaughn presenta el humor ácido tÃpico de los ingleses, un humor que abarca todos los campos: desde el humor más inteligente y sofisticado hasta el más vulgar; pero sin perder un ápice de efectividad y lucidez en todas sus vertientes.
Kingsman es un homenaje a los clásicos del cine de acción, en especial al cine de Bond, al cual se permite homenajear constantemente, explÃcita e implÃcitamente. El propio villano de la pelÃcula (Samuel L. Jackson) suelta en una escena: "El cine de espÃas actual es demasiado serio". La banda sonora es fantástica y, junto a un montaje frenético y que le viene como anillo al dedo a la pelicula, dotan al film de un ritmo que no deja ningún respiro al espectador. Kingsman es genial a nivel técnico, una verdadera delicia. El principal eje del reparto y de la pelÃcula en sÃ, es un genial y poderoso Colin Firth, con una gracia y una presencia abrumadora, como viene siendo habitual; pero la principal sorpresa la encontramos en el debutante Taron Egerton, de carisma indudable y al que auguro un gran futuro, pues mantener el tipo frente a Firth no es tarea sencilla. El plantel de secundarios está repleto de caras conocidas como Samuel L. Jackson y Mark Strong, que sin sorprender, nos dejan unas interpretaciones más que correctas.
En definitiva, nos encontramos ante la pelÃcula más divertida en lo que va de año; y uno de los productos de este tipo más inteligentes e interesantes de los últimos tiempos. Matthew Vaughn no se arruga y mezcla momentos de humor puro con una violencia desinhibida de la que he leÃdo quejas, pero con la que me lo he pasado como un niño -la secuencia de la iglesia es descomunal-. Pese a contar con un par de giros efectistas en el último tramo, Kingsman no pierde fuerza y se convierte en una notable comedia de acción, convirtiéndose asà en la mejor pelÃcula de la prometedora carrera del director londinense.
1 comentarios:
Write comentariosVaya me has sorprendido tu aprobación Ivan, aunque sea para bien, jajaja.
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