Sweet Home - Desahucio cinematográfico

viernes, mayo 08, 2015 0 Comments A+ a-

Es muy frecuente escuchar comentarios de gente maltratando a nuestro propio cine, utilizando para ello frases como: “qué malo es el cine español”, “¡pero si es española!”, “pues para ser española no está mal”. Ni que el cine español fuera un género como tal. Si estas personas no me provocan más que repulsión, siento lo mismo con una gran cantidad de películas nacionales que se estrenan cada año y que no merecen ni ser calificadas como tal. Parecen querer dar motivos para que el ignorante de turno que sólo ve estas películas de las que os hablo, tenga que soltar la típica frase que carga contra nuestro cine y que más adelante desemboca en prejuicios colectivos. Sweet Home se encuentra en este grupo sin ninguna duda, y desgraciadamente tendrá tirón en cartelera, ya que es de los productores de la exitosa saga Rec.

La mayor limitación de Rec a nivel internacional se encontraba en su idioma, por lo que Rafa Martínez decide rodar la mayor parte de Sweet Home en inglés. El punto negativo de esta decisión es que los intérpretes hablan un idioma u otro según les viene en gana. Es inexplicable que Bruno Sevilla haga de inglés en la película si es español, ya que no tiene ningún tipo de relevancia argumental. Al final, nos encontramos a unos cuantos españoles alternando diálogos en inglés con otros en castellano por puro capricho del director o de los productores.


Alicia, una joven que trabaja para el ayuntamiento como asesora, le prepara una velada romántica a su novio en un edificio semiabandonado del cual tiene las llaves. Tras darle la sorpresa, descubrirán que el único habitante del bloque ha sido asesinado por unos matones enviados por la inmobiliaria. A partir de ahí, comenzará el juego del gato y el ratón al que más tarde se unirá “Liquidator”, una especie de fumigador que lleva consigo todo tipo de armas letales. Meter un tema tan serio como los desahucios de una manera tan poco realista es casi insultante. Que una inmobiliaria contrate asesinos a sueldo para matar a los residentes que se niegan a abandonar sus viviendas me parece demasiado exagerado, máxime cuando luego el tema queda en el aire y sólo sirve a modo introductorio de la trama.

Atendiendo a lo puramente cinematográfico, Sweet Home no es más que otra home invasion que intenta ser seria pero que acaba desprovista de toda seriedad en pos de unos últimos minutos que se acercan al slasher. La dirección de Martínez no es mala en absoluto, pero busca siempre una grandilocuencia visual que le da a la cinta un aspecto de lo más artificial. De menos a más, la ópera prima del catalán no consigue encontrar el tono adecuado ni dejar claras sus intenciones. En ningún momento consigo estar en tensión, todo lo que pasa me parece forzado e irreal. Los diálogos son más absurdos aún de lo que nos tienen acostumbrados este tipo de películas.


Si tenía alguna esperanza con esta cinta de terror, era que fuese entretenida y que Íngrid García Jonsson nos dejase una interpretación a la altura de lo que hizo en Hermosa Juventud. Lo primero no lo consigue, ni siquiera ayudada por una duración que no sobrepasa los 80 minutos. Lo segundo, tampoco, puesto que la actriz nacida en Suecia parece estar interpretando dos papeles a la vez: el de cuando habla en castellano y el de cuando lo hace en inglés. Entre eso y que pega unos gritos tan innecesarios como insoportables -para seguir la tradición de este tipo de película-, la joven promesa del cine español no ha seguido con buen pie en su camino hacia el estrellato.