Una nueva amiga - IrrecOzonible

sábado, mayo 16, 2015 0 Comments A+ a-

François Ozon me parece uno de los directores más interesantes del panorama actual. Todo lo que he visto suyo, me haya gustado más o menos, me ha parecido interesante. Desde sus primeras películas, el francés ha ido desarrollado su potencial en la creación de personajes mentalmente inestables, con las consiguientes relaciones enfermizas entre estos. En sus últimos trabajos le ha ido dando una mayor importancia al acabado estético, pero siempre al servicio de la historia. En Una nueva amiga no reconozco a Ozon. No porque la película sea diferente en su forma a otros de sus trabajos, que en ese sentido es de lo más Ozoniana, sino porque la profundidad de los personajes y sus relaciones desaparece, al menos en comparación con lo que nos tiene acostumbrados. La sutileza en la introspección de sus personajes da paso a la más obvia superficialidad.


Laura y Claire son mejores amigas desde los siete años. Cuando Laura cae enferma y su muerte se antoja próxima, le hace prometer a Claire que cuidará de su marido y su bebé. Cuando Claire se decide a cumplir su promesa, se encontrará con que David, el marido de Laura, tiene como extraña afición vestirse de mujer. A partir de aquí, se iniciará una extraña relación entre Claire y David (o Virginia).

La película abre con una brillante secuencia en la que se nos presenta la relación de las dos chicas, desde que se conocen hasta la muerte de Laura. Una vez más, podemos disfrutar de la maestría en el uso de las elipsis del director francés, así como en su tremenda capacidad de síntesis. Tras un inicio prometedor, tanto por la secuencia mencionada como por el abanico de posibilidades que tenía Ozon para dejarnos otra gran película, Una nueva amiga no termina por encontrar un tono determinado ni por fluir en su desarrollo. Se plantean temas como la identidad y orientación sexual, la pérdida y el reemplazo, el engaño…. Pero el tratamiento de ellos no es ni mucho menos el esperado. La sutileza y la profundidad devienen en torpeza y superficialidad.


Una nueva amiga pretende desencadenar las emociones del espectador, pero su excesiva extravagancia y su indeciso tono dificultan conmover, bordeando en un par de ocasiones el ridículo. Sin ser ni mucho menos una mala película, se le pueden achacar muchas cosas a un gran autor como es Ozon. Ha hecho una película a la altura del cine en general, pero no a la de su propio cine. Me apena que no mantenga el nivel de sus últimos trabajos, porque en sus primeros minutos se abría un campo de posibles muy rico.

El gran trabajo de Romain Duris y Anaïs Demoustier consigue que el ridículo y la caricatura no se apoderen de la cinta. La banda sonora de Phillip Rombi sirve para, una vez más, dinamizar la historia y mantener atrapado al espectador. Pero lo más destacable en esta ocasión es la excelente fotografía de Pascal Marti. Lo malo es que esta vez no acompañan al poderío narrativo al que estamos habituados en las películas del parisino, sino que destacan en detrimento de un buen guion. Siendo de las peores de su filmografía, Una nueva amiga no aburre en ningún momento y tiene algunas de las virtudes que caracterizan a este gran director.