El año más violento. El silencio de un hombre

jueves, marzo 19, 2015 0 Comments A+ a-

El día que salieron las nominaciones a los Oscar de este año, hubo un grupo bastante amplio de personas que mostró su disconformidad con el vacío que se le hizo a El año más violento, pese a no haberla visto; vacío que, por otra parte, era más que previsible. Más allá de los NBR, fue obviada en toda la temporada de premios, a excepción de su pareja protagonista -que tampoco tenían la nominación asegurada, ni mucho menos-. Una vez vista, solamente decir que no me extraña que fuese olvidada en los Oscar, pues si bien no hubiese desentonado del todo como nominada, hubo otras películas superiores a ésta que también se quedaron fuera.

El año más violento es la nueva película de J.C. Chandor, uno de los directores emergentes con más futuro en el panorama estadounidense. Después de dirigir dos obras que en términos generales consiguieron el respaldo tanto de público como de crítica (Margin Call, 2011; Cuando todo está perdido, 2013), Chandor vuelve con una película a priori totalmente diferente, pero que en su fondo comparte esa crítica a los confines de la sociedad norteamericana y a las formas que desde hace tiempo han sido las utilizadas para alcanzar el poder: corrupción, falta de ética profesional y personal, carencia de cualquier tipo de escrúpulo a la hora de actuar, etc...


En el New York del año 1981, el año más violento en la historia de la ciudad según las estadísticas, un hombre de negocios -inmigrante- llamado Abel Morales (Oscar Isaac), intenta mantener a flote un negocio que ha llevado hasta donde está gracias a su propio esfuerzo, fiel a unos principios basados en la honestidad y la legalidad. En la sombra encontramos a su mujer (Jessica Chastain), hija de un mafioso y todo lo contrario en cuanto a personalidad y carácter que su marido. Abel desea expandir su negocio comprando un puerto en el cual poder cargar y descargar con facilidad el combustible, pero por culpa de una investigación judicial por un supuesto fraude, le negarán los préstamos y tendrá que iniciar una carrera contra el reloj en busca del dinero que necesita.

Chandor construye un relato de los que se cuecen a fuego lento, cimentado en una marcada sutileza en todo momento, y en una perfección formal incontestable. La brillante fotografía de Bradford Young, con unos más que evidentes tonos grisáceos y apagados, y una magnífica banda sonora a cargo de Alex Ebert, se encargan de conducir y fundamentar el relato. Choca bastante la sutileza llevada a cabo cuando la película se desarrolla en el año más violento de la historia neoyorquina. El ritmo e incluso la forma de dirigir están totalmente influenciados por el neo-noir; algo así como un cruce entre Melville y Lumet. En todo momento nos situamos en la posición de nuestro protagonista, no podemos anticipar lo que ocurrirá ni los imprevistos a los que tendrá que hacer frente; por otra parte, Chandor rehuye de los personajes, lo cual se constata cuando apreciamos el excesivo uso y (casi) único de planos medios y generales. Así, ese afán de ser tan sutil termina por dejar a los personajes a medio desarrollar.


El año más violento es una gran película en apariencia, que va perdiendo enteros cuando te paras a escarbar en todas las capas que subyacen en ella. Su pareja protagonista, tan brillante como desaprovechada, hace gala de su poderío interpretativo en dos escenas concretas que comparten en pantalla, en las que harán que nos agarremos bien a nuestras butacas. Cabe destacar las escasas -aunque potentes- apariciones en pantalla de Jessica Chastain, para la importancia argumental que posee su personaje. El director estadounidense se traiciona a sí mismo y al film en una de las escenas finales, cuando el personaje de Oscar Isaac tapa una fuga de petróleo en un momento tenso. ¿No era una persona tan buena y tan honesta? La respuesta es dudosa; Chandor recurre al efectismo más bochornoso en una acción que supone una cierta contradicción en el personaje protagonista. Y pese a este traspié, no deja de ser un efectivo retrato de las maneras de alcanzar el poder, la riqueza y un estatus social. 

Con todo, El año más violento es una propuesta más que disfrutable, con un regusto a cine clásico similar al que nos ofreciese meses atrás Las dos caras de enero (curiosamente interpretada por el propio Oscar Isaac). Un guion no del todo brillante y algún momento bochornoso no son suficiente para ocultar las grandes virtudes de esta cinta. Si bien El año más violento no se convertirá en el thriller del año, seguramente sea uno de los más potentes.